EL ROCOCO EN EL VESTUARIO
- Mariana Aristizabal Gomez
- 2 may 2016
- 2 Min. de lectura
El concepto de Rococó tiene un origen francés, “rocaille (piedra)” y “coquille (concha)”, ambos elementos de cual procede la palabra rococó son importancias para la ornamentación de los interiores. Es por ello por lo que en el periodo del Rococó destacaba la decoración que era completamente asimétrica y libre, además tenía preferencia por formas irregulares y onduladas y un gran gusto por los materiales naturales como por ejemplo las piedras marinas, las formas vegetales o las conchas. En cuanto a la moda femenina podemos ver un vestido muy distintivo denominado a la Watteau. El nombre fue puesto en honor a un pintor que solía retratar a chicas con este estilo de vestido.
El rasgo principal de esta prenda es una gran capa o volante que cae por detrás sostenida en los hombros. Las mangas de este vestido se llaman pagoda porque imitaban aquellas casitas chinas de varios techos. El paralelismo se lograba con tres volantes de encaje. Los bordados y estampados estaban muy dirigidos hacia temas de la naturaleza. Grandes rosas, ramajes, lo pastoral era el tema de moda y por ende se usaba en todas las prendas de vestir. La falda que formaba parte del vestido tenia sobre sus laterales dos jaulas por asi llamarlas que generaban un gran volumen horizontal. Se las denominaba tontillos. Completan este vestido el uso de unos zapatos denominados babuchas que tenían la punta doblada hacia arriba y taco. Hay una gran influencia de todo lo que es oriental tanto en los detalles como en el maquillaje (rostro pálido con lunares artificiales) pasando por los accesorios y los bordados. Podemos nombrar también el uso de gorros, mantillas, cofias y sombreros de paja.


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